Hace tiempo que no escribo por aquí, mis disculpas a los posibles lectores ansiosos de contenido ( 😀 ) pero el curso de desarrollo web es cada vez más complicado.
Hoy me apetece dejar mi humilde opinión sobre la moda de los virales, a raíz del caso del Pelo Pantene y del de Freddy, el dueño de La Coru(ña). Todo empezó con el famoso Amo a Laura, con el que la MTV se promocionó hace unos años. Era el sueño de cualquier marca: hablaban de ellos hasta en los telediarios y con un coste muy bajo (ya que no tenían que pagar inserciones, los propios usuarios extendían el virus voluntariamente). El problema fue que desde entonces todo el mundo llega a las agencias (como comentan en Yorokobu) pidiendo otro Amo a Laura y eso ni es fácil ni está exento de riesgos.
A veces parece que los virales se creen a lo loco, sin pensar en la posible reacción del público. El anunciante quiere que al público le haga gracia el viral que se les ocurre, y se ciega ante la posibilidad de que les parezca ofensivo, fuera de tono, etc.
Uno de los primeros casos fue el robo de la silla de Zapatero. Detrás de este viral estaba la misma agencia que creó el Amo a Laura, pero en esta ocasión el efecto fue el contrario al deseado: nada más y nada menos que una agencia dependiente de la ONU tuvo que pedir disculpas públicamente por esta acción, el trabajo del funcionario del Congreso que les facilitó el acceso corrió serio peligro (desconozco si finalmente fue despedido o no) y de lo que menos habló la gente fue de la bienintencionada campaña solidaria que se pretendía publicitar.
Otro caso que viví de cerca fue el de la película Corrupción en Miami. En este caso, crearon una falsa campaña contra la corrupción y la especulación urbanísticas. El mal gusto y la falta de ética llegaron en este caso, en mi opinión, a límites muy elevados. Se frivolizaba un problema que aún hoy en día azota a España (responsable en buena parte de la crisis actual) para anunciar una película (no muy merecedora de un Oscar, por cierto). Mucha gente llegó a unirse a esa campaña con toda su buena voluntad, pensando que tenía objetivos nobles, para descubrir luego que todo era una excusa para promocionar la película. Algunos creían inocente y ciegamente que la productora había creado ese movimiento de buena fe y lo iba a seguir apoyando después de la película… Hoy, no queda nada de todo aquello, ni siquiera el dominio. Bueno, algo sí queda… aún quedan los vídeos que subieron a Youtube, que obtuvieron comentarios tan agradables como este:
me tenéis de spam hasta las pelotas. Puto marketing viral de los cojones. Pienso reenviar vuestro email a la guardia civil a ver si le hace tanta gracia. Ya tengo suficiente de spam para que encima me lo hagan desde españa. ATxC.
Al ayuntamiento de A Coruña parece que la campaña de El Freddy tampoco le ha salido bien de todo. En su página de facebook o en noticias donde se habla de la campaña abundan comentarios de gente preguntándose por el coste de la campaña, indignada porque para pedir civismo se haya empapelado la ciudad, etc. Además, con la cercanía de las elecciones locales, la imagen del alcalde Losada no sale muy bien parada, ya que mucha gente ve esta acción como propaganda electoral encubierta y pagada con dinero público.
Lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal
Y con esto llego a la segunda parte de este post, una frase muy popular y que he visto en varias ocasiones estos días, hablando de la campaña coruñesa: «Lo importante es que hablen de ti aunque sea mal». ¿A alguien le suena el concepto de Imagen de Marca? ¿Alguien se acuerda del reciente caso deToyota? Si algo se hizo en ese caso fue hablar de Toyota, pero no creo que los responsables de la marca estuvieran muy contentos por eso, ya que su imagen de marca fiable, labrada durante muchos años de esfuerzo, cayó por los suelos en cuestión de días.
Casos como este hay muchos, y deberían estar en la mente de quienes crean virales alegremente, sin pensar en que se puedan volver en su contra. El fin de la publicidad no es llamar la atención y conseguir repercusión mediática. Ese es el medio para conseguir que la marca sea conocida y apreciada. Si consigues que todo el mundo conozca tu marca por algo malo… no estás haciendo buena publicidad.